El cine: una carrera a tiempo completo

Oda a la producción cinematográfica, a la industria y a perseguir un sueño
Somos muchos los que desde pequeños entramos en el trance del cine y vivimos obnubilados por sus luces. De alguna manera, cuando se cae en sus redes, es difícil desintoxicarse. Conocer sus secretos, perseguir lo que uno tiene dentro y lanzarse a la aventura es un plan de vida. Sin embargo, perseguirlo es, como sabemos, un camino difícil e inquietante.

Y es que la industria del cine tiene la más que merecida fama de ser de difícil acceso. Siempre parece limitada a aquellos que están en el sitio correcto en el momento adecuado. Sin lugar a dudas, triunfar ante las cámaras, ser un director de renombre o acercarse al sueño dorado de los Oscars es casi imposible. La dura realidad es esta. Hay que trabajar mucho para ello, a tiempo completo. Sin embargo, no debemos sólo quedarnos en la superficie y pensar en los focos. El cine es eso, una industria y, como tal, se nutre de un extenso abanico de personas cuyo talento y dedicación hacen posible la magia de la gran pantalla.

¿Aventureros o aventurados?
La lista de puestos que se pueden desempeñar en una película es tan larga como los eternos títulos de crédito al final de una proyección. Si nunca habéis reparado en ellos os invito a hacerlo. Había una canción de Mecano en la que los resumía en “actores, directores, productores y demás”. Pero ese “demás”, en los tiempos que corren, incluye hasta un supervisor de medidas Covid.
Como digo, en el cine intervienen muchas mentes pensantes que no solo crean una historia sino que deben exprimirla hasta el más mínimo detalle. Y entre esas personas está Mireia Vilanova, una aventurera (y aventurada) del cine que ha ingresado recientemente en el prestigioso Bafta Newcomers Program, programa de desarrollo de talento internacional impulsado por la Academia Británica de las Artes Cinematográficas, dirigido a cineastas internacionales emergentes establecidos en Los Angeles y Nueva York.

Mireia Vilanova es productora en Los Ángeles, ciudad a la que ha tenido que acostumbrarse ya que no es acogedora. Sin embargo, sabe que es el lugar donde estar. Es importante ir allá donde las oportunidades son abundantes y crecer es toda una gesta. Hay quienes hacen las maletas y se van a estudiar, como Mireia, o simplemente llegan y llaman a puertas. A lo largo del camino, unos y otros, terminan por encontrarse ya que para hacer currículum, aprender el lenguaje y entender el proceso de trabajo hay que colaborar.
Tiro Dominical
Y, de colaboraciones así, nacen generaciones de profesionales que acaban trabajando juntos en numerosos proyectos y que se sirven de esta sinergia para crecer en un entorno desconocido que termina por ser su casa y su familia. Y, cómo no, surgen proyectos que llevar a cabo desde su concepción hasta la gran pantalla.
Tiro Dominical, uno de los cortometrajes producidos por la productora catalana Mireia Vilanova, es uno de los títulos que que ha estrenado en el Festival de St. Louis (SLIFF), uno de los acontecimientos cinematográficos más prestigiosos de los Estados Unidos y que califica para los Oscar. La cinta cuenta con un equipo formado en su totalidad por profesionales españoles. El cortometraje, dirigido por Pablo Riesgo y protagonizado por Gonzalo Bouza, Rubén Navarro y Jesús Lloveras, es una comedia que explica de forma cómica la historia de tres españoles en los años 70 que matan accidentalmente a un autoestopista mientras conducen por el desierto en dirección a Las Vegas.
“Lo que más nos atrajo del proyecto, tanto a mí como al resto del equipo, es que la película trata sobre personas que, como nosotros, están lejos de casa y tienen que enfrentarse a todas las dificultades que supone estar en un país diferente al suyo”
Mireia Vilanova
Tiro Dominical, cuyo director ya ha escrito un largometraje basado en la misma trama que se encuentra ahora en desarrollo, fue rodado en el desierto de Anza-Borrego (San Diego) el año pasado. Entre los profesionales españoles involucrados en el proyecto se encuentran Marko Alonso, director de fotografía, Silvia Martín, diseñadora de vestuario, Ismael Corpas, editor, o Fran Lorite, colorista.

A todos aquellos que quieran lanzarse a vivir el sueño del cine les deseamos mucha suerte. Aprovechad todas y cada una de las oportunidades pues todas suman. No hay proyecto malo. El porfolio cinematográfico es el más difícil de crear pero en el camino se aprende un oficio.