La Toscana escondida y sus tesoros
A un par de horas de distancia desde Roma, La Toscana más desconocida nos abre las puertas de la bella Sansepolcro, su increíble patrimonio cultural y artístico, y su gran belleza. Os contamos qué ver, dónde comer, dormir y disfrutar de esta zona del centro de Italia llena de tesoros. ¿Preparados para el viaje?

Naturaleza en estado puro, pueblos medievales increíbles, patrimonio artístico y cultural único. A los tesoros que nos esperan en La Toscana escondida hay que sumar el Museo Aboca de la ciudad de Sansepolcro: una cita indispensable con la tradición y la innovación del poder terapéutico de las plantas. Os proponemos un viaje fascinante por el centro de Italia y sus tesoros desconocidos.
Lo primero que vemos cuando nos aproximamos al Valle del Alto Tíber, en el que se encuentran ubicados la ciudad de Sansepolcro y todos los tesoros de los que os hablaremos a continuación, es de color verde. Porque en esta zona de La Toscana escondida, esa que no aparece en las trilladas guías de turismo, la naturaleza se muestra salvaje y espléndida.
En los pueblos que componen la provincia de Arezzo, como es el caso de Sansepolcro, deslumbra el esplendor del Renacimiento en cada callejuela, cada rincón, sus decenas de iglesias, sus murallas, las impresionantes vistas con Los Apeninos en el horizonte… Descubrimos una región llena de historia, que en gran medida gira en torno a la agricultura y las plantas, grandes aliadas de los laboratorios Aboca que hunden sus raíces en esta bella zona de La Toscana italiana.
Sansepolcro, en el epicentro de La Toscana escondida
En la bella ciudad renacentista de Sansepolcro, la que dice la leyenda que fue fundada por dos peregrinos que regresaban de Tierra Santa allá por el año 934, comienza todo. En este municipio de la provincia de Arezzo de más de 16.000 habitantes, en el Valle del Alto Tíber, comenzamos nuestra aventura por La Toscana más escondida.

Sansepolcro es el lugar en el que nació uno de los mejores artistas del Quattrocento italiano, Piero Della Francesca. Cuatro de sus grandes obras pictóricas se exhiben en el Museo Cívico municipal (además de los tesoros más preciados del arte de la ciudad). Merece una visita guiada el Políptico de ‘La Madonna de la Misericordia’ (que tardó 15 años en finalizar). Lo mismo sucede con el fresco de la ‘Resurrección’ de Jesús (1463), en el que sorprende su manejo de la perspectiva y la dicotomía entre lo divino y lo humano.

Además de dedicar un tiempo a deleitarnos en este original y variopinto museo, y con su embajador, Della Francesca, en Sansepolcro nos espera la catedral. Con un portal románico del siglo XI, fue reconstruida durante el Renacimiento. En su interior hay una más que interesante talla. Se trata de un Cristo en la cruz, de madera policromara del siglo IX, uno de los más antiguos de Italia. La fugura no deja a nadie indiferente.
Una ciudad cargada de historia
Además de recorrer sus callejones, es imprescindible visitar su centro histórico que es una joya. En la plaza Torre di Berta se sitúan tanto la Catedral como la Iglesia de San Francesco, la fortaleza de los Medici, el ayuntamiento y la casa de Piero Della Francesca.

Para quienes piensen visitar la zona, es importante saber que en el mes de septiembre se celebra el festejo más esperado del año. Su nombre es Palio Della Balestra, y en él se implica todo el pueblo durante una semana completa de celebraciones.
Muy cerca de este pueblo con (mucho) encanto está Arezzo, lugar que inmortalizó en el cine Roberto Benigni con su emocionante y premiada ‘La vida es bella’.
Museo Aboca: tradición, innovación y sostenibilidad al servicio de la salud
La visita al Museo Aboca (2002) merece capítulo aparte. Dedicado en cuerpo y alma (y ciencia, mucha ciencia) a las propiedades medicinales de las hierbas, este museo original como pocos y único en el mundo recupera la relación milenaria entre los seres humanos y las plantas.

Situado en un edificio renacentista en el centro de Sansepolcro, el museo está flanqueado por la iglesia de San Rocco. Este didáctico lugar para el aprendizaje atesora auténticas joyas traídas de todo el mundo. Todas ellas ayudan al visitante a entender el proceso de conversión de una planta, en un producto sanitario beneficioso para la salud.

Por lo que respecta al recorrido museístico ‘Hierbas y salud a lo largo de los siglos’ se desarrolla por las salas del prestigioso palacio renacentista de Bourbon del Monte. El objetivo es difundir la antigua tradición de uso de plantas medicinales y destacar la capacidad terapéutica de las hierbas, recorriendo las piezas más significativas.
Una historia milenaria muy didáctica
En cuanto a esta muestra permanente, expone colecciones de reliquias antiguas de gran valor histórico, científico y artístico. Entre ellos, morteros, cerámicas refinadas de botica, cristalería de gran pureza, herbarios, y sorprendentes herramientas de boticarios… Todos inician al visitante en el descubrimiento de esta historia milenaria que, desde siempre, ha vinculado al hombre con las plantas medicinales.

En el museo, merece mención especial el Aboca Experience. Un tour interactivo que nos invita a descubrir todas las plantas, sus cualidades, así como la innovación científica ligada a los laboratorios que le dan nombre. Un proceso que nunca ha dejado de lado el compromiso por la sostenibilidad, uno de sus pilares de acción fundamentales.

Para finalizar el recorrido, nos encontramos con la Bibliotheca Antigua, con una valiosísima colección de más de 2.500 libros dedicados a las plantas medicinales. Todos ellos están publicados desde los primeros años de la imprenta hasta el siglo XX, y todos arrojan luz acerca del conocimiento humano sobre el poder curativo de las plantas.
Dormir en 500 años de historia de La Toscana escondida
Y ya que estamos en el paraíso de Las Toscana escondida, no podemos recomendar otro lugar para dormir que un Palazzo. Aunque esta denominación no significa exactamente palacio, sino más bien casona, hemos encontrado ‘el lugar’ para descansar y no perder de vista ni un ápice de la belleza del lugar.

Se trata del Relais Palazzo di Luglio, asentado sobre una colina a dos kilómetros de Sansepolcro. Un edificio con 500 años de historia en el corazón de La Toscana, rodeado por un parque milenario de más de 10 hectáreas de olivares, que en su día fue residencia de verano de la familia Catani.
Hoy, este Palazzo está regentado por una familia mucho más sencilla y adorable, capitaneada por el patriarca de 83 años que prepara unos desayunos caseros de fábula. Por lo que respecta a las suites, todas con unas vistas espectaculares, contienen muebles originales con un toque rústico y elegante. Las habitaciones son espectaculares y auténticas.

El hotel tiene una piscina exterior, y unas juguetonas ardillas que te dan los buenos días al despertar. Un retiro maravilloso para descansar tras un día de turismo. Súper recomendable.
¿Y para comer? Una ostería natural y elegante
Para comer en Sansepolcro, proponemos una ostería en el centro histórico, a unos pasos de los principales museos y monumentos de la ciudad. Su nombre es Il Giardino di Piero, y fue fundada por Aboca en 2014. Nos gusta porque su sello ‘bio’ por bandera garantiza que utilizan materias primas orgánicas que han conservado su composición y sabor autóctonos. Nada de productos químicos ni modificados genéticamente.

En el restaurante, de atención esmerada (mucho) y ambiente agradable y luminoso, se sirve pasta fresca elaborada por ellos. También todas las recetas de la cocina típica toscana, presidida por platos de cerdo negro, trufa, carne bio y pasta fresca artesanal de diferentes tipos. De postre, cuesta elegir entre su helado de pistacho artesanal y el tiramisú, espectacular.

Se presta especial atención a la propuesta de carne de cerdo y vacuno, todos de las granjas de L’Agricologica, marca de alimentos del Grupo Aboca, de animales criados en la naturaleza. Para verduras y frutas, productos orgánicos certificados. Los quesos de pecorino, cabra y ganado provienen solo de pastores locales que no usan alimentos transgénicos. El Parmigiano utilizado es solo el Reggiano orgánico certificado.
No te vayas sin visitar…
Para completar este viaje por La Toscana más desconocida, esa que guarda tantos tesoros, proponemos visitar el pequeño pueblo medieval de Anghiari. Situado en una posición estratégica en altura, este escenario de cuento, con calles y cuestas empedradas está considerado como uno de los pueblos más bellos de Italia.

El lugar fue escenario de la famosa batalla de Anghiari, disputada el 29 de junio de 1440, en la que las tropas florentinas derrotaron a las milanesas. La escena, protagonizó después un fresco pintado por el mismísimo Leonardo da Vinci, aunque desapareció poco después.
Las vistas son inmejorables, y desde lo más alto de este lugar en el que La Toscana se desdibuja,se divisa cómo Anghiari linda con las regiones de Umbria y Emilia Romagna. En el horizonte vemos Los Apeninos y todo el valle verde que lo rodea.

Para visitar en este pueblo de La Toscana escondida, imprescindibles sus murallas del siglo XVI, la Torre del Campano y la Abadía con una iconografía lombarda del siglo XIII. Tampoco debemos perdernos el Palacio Taglieschi, vírgenes policromadas en cada esquina, y todos los edificios con sus famosos ‘tirantes’, estructuras de hierro que soportan el muro por la actividad sísmica de la zona.

Antes de irnos, una fugaz visita a los centenarios telares de Busatti, en el sótano de la tienda. Estas instalaciones fueron fundadas por la familia en 1842, y aún conservan (y utilizan) máquinas increíbles con las que tejen y comercializan sus cotizadas piezas.
Más información: https://www.aboca.com/es/cultura/aboca-museum/