La casa de Paco de Lucía, un hotel con alma
Rafael Carmena, gerente del hotel, lo denomina ‘hotelería sincera’, esa que se esmera en el detalle. Y lo cumple, damos fe. El sonido de la guitarra de Paco de Lucía en el hotel ‘Entre dos aguas’, y una bienvenida con olor a azahar atrapa al viajero en el universo de un artista universal.

En pleno casco histórico de Toledo, la que fuera casa del maestro Paco de Lucía durante 4 años es ahora un hotel boutique con mucho alma. ‘Entre dos aguas’ tiene cinco habitaciones con historia y personalidad propia. Además, conserva el estudio de grabación donde el artista de Algeciras compuso su disco ‘Cositas buenas’. Destaca su patio central, que vertebra todas las energías (maravillosas) que allí se respiran… Todos ellos son espacios rehabilitados, que conservan el espíritu y la estructura original. Un lugar al que querrás volver siempre.
El genio de la guitarra Paco de Lucía encontró en Toledo la paz que necesitaba para componer. Y fue en esta ciudad manchega milenaria, Patrimonio de la Humanidad, y recorriendo sus empedradas cuestas, donde descubrió (y compró) un pequeño palacete del siglo XV. 450 metros cuadrados de hotel en la Plaza de Santo Domingo El Antiguo, 2. Aquí empieza la historia de su hotel…
‘Entre dos aguas’, el refugio del maestro de Algeciras
Transcurría el año 2000 cuando el maestro de Algeciras compra y rehabilita el palacete toledano en el que viviría por cuatro años con su segunda mujer, y los dos hijos que tuvo con ella antes de trasladarse a Mallorca.
La casa de Paco de Lucía, ahora hotel, está frente al convento en el que yacen los restos de El Greco. Tres portales más allá, en el número 8, nos encontramos con la casa en la que vivió el poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer junto a su hermano. ¿Queréis más historia? Vamos con la del maestro de la guitarra, que no es poco.

Desde la terraza de la casa del maestro, su lugar favorito de inspiración, hay unas vistas panorámicas 360º sobre la ciudad de Toledo. Enfrente, la torre mudéjar de Santa Leocadia (s. XIII) y en torno a ella una calle tranquila en el barrio más bohemio de la ciudad. El álbum ‘Cositas buenas’, que compuso en el que ahora es el hotel ‘Entre dos aguas’, vio la luz en 2004. Ese año, además, el artista fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
En el sótano del hotel, el estudio en que Paco de Lucía creó ‘Cositas buenas’
En la planta sótano de la casa quedó instalado un pequeño estudio de grabación en el que Paco de Lucía fue dando forma a sus canciones. Por aquel lugar pasaron artistas de la talla de Alejandro Sanz, o Diego el Cigala. Hoy en día, el hotel mantiene este lugar mágico tal cual lo dejó el maestro. En esta estancia tan emblemática, el visitante puede poner cualquiera de los discos del artista, a su disposición, y tomar un té o una copa mientras se recrea en sus ‘Cositas buenas’.

Junto al estudio de grabación, unas neveras con bebidas frías que el cliente puede coger y apuntar, dentro de la política ‘honesty bar’. Un detalle más que nos hace sentir como en casa.
El alma del hotel: el patio central del palacete del siglo XV
Nada más entrar en la que fuera casa de Paco de Lucía (ahora propiedad de una de las hijas de su primer matrimonio, Lucía), nos encontramos un patio repleto de plantas que nos atrapa. Además de objetos originales cedidos por la familia del artista, imágenes de Paco de Lucía por los rincones de la casa tocando la guitarra, o junto a su amigo Camarón. La iluminación intimista lo convierte en el punto neurálgico. La guitarra sonando de fondo y una estructura de corrala, con mobiliario de inspiración moruna elaborado por artesanos de Fez rematan el ambiente acogedor.

Mención especial merece la atención que recibe el huésped, absolutamente personalizada y exquisita. Alina nos recibe con su amable sonrisa, que no borra en ningún momento de la estancia, y que nos hace sentir cómodos al 100%. Sus sugerencias para hacer el mejor turismo por la ciudad de Toledo siempre son certeras.
El restaurante ‘Entre dos fuegos’, firmado por José López
En cuanto a la restauración, junto al patio central, una puerta de cristal nos sitúa en el restaurante ‘Entre dos fuegos’. Regentado por uno de los grandes cocineros de Toledo, José López, siempre tiene lista de espera porque, más allá de la buena cocina, resulta toda una experiencia que él cocina en directo, y por sorpresa. No hay carta: José trae del mercado lo mejor de cada día, y los comensales (a los que previamente se ha preguntado por posibles alergias) esperan con expectación el gran momento de comer o cenar frente a él.

En palabras del gerente, Rafael Carmena: “Sucedió que en 2017, a punto de abrir el hotel y tras haber estado en Japón, yo tenía la idea de abrir un restaurante pequeño y exclusivo, en el que se cocinara en directo como había visto que se hacía en Tokyo. Una idea, la de las barras japonesas en las que se cocina a escasos metros del cliente”.
¿Y cómo se obró el milagro? “Tenemos la gran suerte de tener a José López, un gran cocinero, al frente de ‘Entre dos fuegos’. Él estuvo durante más de 30 años en uno de los restaurantes más importantes de la ciudad: ‘Hierbabuena’. Su trabajo, como el de nuestro hotel, es honesto y sincero, un lujo que pueden disfrutar en cada servicio solo 9 comensales, y para el que suele haber lista de espera”.
En ‘Entre dos fuegos’ se ofrece una cocina mediterránea con productos frescos de temporada, con guiño a la comida gaditana. Eso sí, siempre con el toque personal y exclusivo de José López.
Dormir en la habitación del maestro
En el hotel ‘Entre dos aguas’, un hotel boutique con mucho alma, solo hay cinco habitaciones. Aunque en el momento de la rehabilitación pudieron modificar algunas estancias grandes para rentabilizarlas mejor, Rafael no quiso hacerlo. “Hemos mantenido el espíritu de la casa de Paco de Lucía, como no podía ser de otra manera. Hay cinco habitaciones, con cinco nombres que significan mucho. En ‘La Maestro’, una junior suite de 60 metros con tres balcones, es donde dormía él. Pero también están Luzía (otra junior suite), dos estándar de 20 metros cuadrados (La Barrosa y Almoraima) y la de la planta baja, Río Ancho, en la que el maestro solía echarse la siesta”.

“Este hotel es un homenaje al maestro Paco de Lucía, un homenaje a quien un día se enamoró de nuestra ciudad y decidió quedarse a vivir. Un homenaje a su reconocido prestigio, a la buena música y, sobre todo, a los que aman Toledo”, explica el gerente.
¿Las casualidades existen?
Rafael Carmena nos cuenta la historia del flechazo que tuvo desde el preciso instante en que un amigo le abrió las puertas de aquel palacete en el que había vivido Paco de Lucía. Desde que puso un pie allí, y a pesar de que la casa llevaba años cerrada, no pudo quitársela de la cabeza.

“Nada más entrar sentí las energías que había en aquel lugar, era mágico. Aunque en mi primera visita no decidí nada, pero no podía quitarme a Paco de Lucía de la cabeza, y me pasaba las noches viendo vídeos de él. La sensación fue de tristeza. La casa había estado años cerrada, estaba llena de polvo, destartalada, con grietas”.

Pero hubo una segunda visita de Rafael, veinte días después: “entonces me la imaginé con las ventanas abiertas, con esa luz maravillosa que tiene, la pensé llena de vida, la dibujé rodeada de potos, geranios y kentias (como le gustaba al maestro tener en sus conciertos). Yo descubrí la casa en 2016. Paco de Lucía había fallecido en 2014. Y empecé a hablar con la propietaria, su hija Lucía, que es abogada, un encanto. Yo no sabía cómo iba a hacerlo, pero le dije que aquella joya había que abrirla. Y me lancé. Lo hice sin tener en cuenta las trabas administrativas que hay al convertir una casa privada en pública, los permisos en el casco antiguo, las licencias… ha sido arduo. Pero si me preguntaran hoy, sabiendo lo que me costó arrancar, volvería a meterme de cabeza”.