Tapeo por Logroño (para enoclofóbicos)

Hay más vida gastronómica allá de la calle Laurel, Logroño. Si caes en esta avenida te verás envuelto por multitud de bares en los que tomar un vino con su tapa, pero también de despedidas de solteros, ríos de gente y colas. Si creías que es la única zona de restaurantes, Logroño tiene otra (más escondida) de tapeo que los locales conocen bien.
Existe otra calle, a tan solo dos minutos andando de Laurel, para comer en Logroño llamada Calle San Juan repleta de bares de tapas tradicionales y logroñeses tomando un vino tranquilamente sentados en la barra o en la calle, pero sin agobios ni multitudes.
Allí, en el número 25, se encuentra uno de los que más me gustan, llamado Tastavin. Se trata de un local moderno, muy limpio y cuidado con estética minimalista en el que sirven pinchos y tapas my elaboradas, riquísimas y abundantes. Además, debo destacar la amabilidad y la atención con la que te tratan.

Encontrarás multitud de tapas bajo un cristal con sus nombres escritos, y sus camareros no tendrán problema en explicarte la composición detallada de cada uno. Pero si vas con la idea de tomar un pincho e irte olvídalo. Cuando entres comerás mínimo dos, ya que todos tienen muy buena pinta y es complicado elegir. Mis recomendaciones: la tartaleta de changurro con chambas y el rabo de toro, desmigado y envuelto por un hojaldre crujiente y finísimo.
